Esta vez el ciclismo fue el máximo protagonista en la Vuelta al País Vasco. En la tercera etapa. Ni bolardos ni conos a los que nadie había llamado a esta fiesta. Ciclistas echando pie a tierra por el tapón formado en la subida a La Antigua. No es un puertazo, pero esconde una pared del 16%: pica para arriba que da gusto y la cremallera de público casi no se abre. Si se atasca un cambio, la calzada es un bikini, no da mucho de sí. Aunque tengan fuerzas, la hilera se frena y hay que echar pie a tierra. En el primer paso de la carrera se vio esa inhabitual estampa. El segundo era ya definitivo, a cinco kilómetros para acabar. El que coronase, con tres mil metros por delante, tendría que bajar a todo trapo para levantar los brazos tras culebrear por el entorno de Zumarraga. Había 25 corredores para esa maniobra. Se fue desmadejando el grupo a cada pedalada. Henao pegó un latigazo, a su rueda salieron fácil Purito y Nairo Quintana, que amasaron diez segundos en la cima sobre un pelotón que encabezaba Kwiatkowski.

Joaquim Rodríguez lleva últimamente una sombra a la chepa. Lesiones, caídas…desde que ganó la Volta el año pasado, le perseguía la mala racha. “He pasado un período malo, un círculo de mala suerte del que era difícil salir y es como mi primera victoria. A ver si es el inicio no de una buena racha, sino de una racha de normalidad”, sonreía Purito, quien calificó su táctica “un poco de gitanillo”. Sabía que Nairo era el más lento y Henao, el que dinamitó la carrera, su principal enemigo. Pues bien, trampeó haciendo como que se le iba la bici para anotarse la etapa. Se abrió en la última curva, se colocó segundo, y aguantó el sprint hasta los 125 últimos metros.

Tras la iglesia de Zumarraga, en la variante, era clave enfilar por la parte interna y salir pegado a la rueda de Henao. Revivió su triunfo de hace cuatro años. Era una llegada explosiva y le va como un guante, también al polaco Kwiatkowski. Joaquim ha vuelto. Era el colofón a una etapa de ocho puertos, dos de primera. Quintana cambió de bici durante un kilómetro por un problema en un pedal. Henao se colocó líder, pegado en la general a Purito y su compatriota Quintana.

La jornada, de nuevo bajo un sol que es una bendición (por fortuna la lluvia este año está en huelga en la ronda vasca) contó con cuatro valientes que echaron metros por delante durante largo tiempo. Westra (Astana), Armee (Lotto Soudal) y dos Caja Rural: Carthy y, de nuevo como en la primera etapa, Fraile. El holandés hizo un carrerón y decidió independizarse en los últimos kilómetros. Sacaba 25 segundos a los Caja Rural la primera vez que se pasó por la pancarta de meta en Zumarraga. Le quedaba el circuito definitivo. En la ascensión a Atagoiti, Westra seguía por delante haciendo camino. Llevó un minuto y medio, pero sabía que se organizaban por detrás. Ahí marcaba ritmo el Gorka Izagirre y los Movistar. Mañana otra etapa que puede mover el arbolito: la que cubre Zumarraga y Arrate.