“Un motor sería más penoso y vergonzoso que doparse”

La alerta de la UCI sobre la posibilidad de que se estén utilizando motores camuflados en las bicicletas fue uno de los temas de conversación en la salida de la Vuelta al País Vasco, ayer junto al Guggenheim. “Nosotros estamos a disposición de la UCI, que es la que vigila los pesos de las bicis en las cronos y se encarga de detectar este tipo de asuntos. Este año en la Vuelta a España podría mirarse el tema”, reconocía el director de la ronda nacional, Javier Guillén.

Los directores deportivos se mueven entre el asombro y la contundente repulsa a quienes traten de hacer trampas. El Movistar, uno de los grandes equipos del pelotón internacional, tiene claro que si alguien pretende beneficiarse con este asunto, acabará cayendo. “Con lo que conozco, que es el material que empleamos nosotros, me parece ciencia ficción. No he visto físicamente un motorcito de esos. Ves los artículos que fabrica uno, los que hace el otro... pero no me han enseñado jamás un artilugio de esos”, esgrime José Luis Jaimerena, director del equipo de telefonía móvil y hombre fuerte de Eusebio Unzué. “Hace unos años que están haciendo pruebas con escáneres y nunca han descubierto nada. Lo cual no quiere decir que no exista alguna trampa, pero hasta que no lo vea, no me lo creeré. Aunque con tantos avances de técnicas y sistemas ¿por qué no van a existir”.

Les pillarán. Neil Stephens se declara incrédulo. “Lo veo más como una fantasía. Yo en mis bicicletas no tengo motores, eso lo puedo jurar. Intento no creer en esas cosas: si fuera verdad, realmente, que la gente mete motores, me parecería estúpido por su parte, porque les van a pillar”, zanjaba el director del Orica GreenEdge.

“¡Nosotros a nuestro nivel no tenemos ni posibilidades de que alguien se plantee que llevamos motores!”, exclama con espontaneidad Eugenio Goikoetxea, el jefe del Caja Rural, con una risotada. “Habrá quien trate de sembrar dudas pero si se está hablando de ello será por alguna base real. Los medios adelantan mucho y no creo que corredores de élite como Contador y compañía se arriesguen. Si los detectan sería el hundimiento del equipo y de ellos, más penoso y vergüenza mayor que el dopaje, más el daño que harían al ciclismo”. Estima que “si hay medios para ponerlos en la bici” también “los habrá para detectarlos. Todo avanza rápido y puede ser como el dopaje, que va por delante de los análisis”.