Juanjo Lobato era el hombre más feliz de Andalucía. En las proximidades del podio, tras cazar su segunda victoria en la Ruta del Sol, y tercera de la temporada, se dirigió a su pareja, Ana, y a su madre, Juani, para celebrar su éxito en Alhaurín de la Torre. Igual que hizo en Lucena. Después de fundirse en un abrazo con las dos, que le han seguido durante toda la carrera, comentó: “Este triunfo es muy especial, sobre todo por poder celebrarlo con la familia. He hecho un buen invierno, me he encontrado bien y los resultados están saliendo”.

El gaditano de Trebujena cumplió luego con los honores en el podio, pasó el pertinente control antidopaje, y narró sus sensaciones de la etapa a través del servicio de prensa del Movistar: “Fácil, fácil nunca se puede decir que haya sido un sprint, pero sí es cierto que mis compañeros me lo han hecho mucho más sencillo. Sobre todo desde que se han puesto a tirar tanto Javi (Moreno) como José (Herrada), para mantener la calma y que la fuga no se fuese mucho, y ya en los últimos metros con Gorka (Izagirre) llevándome bien colocado. En el final entraba algo de aire de costado y, unido al nerviosismo y la pelea, lo ha hecho todo bastante complicado, pero yo le decía a Gorka que siguiese hasta donde pudiese, tranquilo, que yo buscaba mi distancia”.

“Ojalá triunfos como los de estos días me hagan ganarme poco a poco ese respeto dentro del pelotón”, prosiguió el andaluz de 26 años. “De momento, ahora tocan veintipocos días de descanso antes de afrontar ese primer bloque de clásicas, en especial la Milán-San Remo (el 22 de marzo), que me hacen tanta ilusión”.