Tras bajar del podio por tercer día consecutivo como maillot rojo de la Vuelta a Andalucía, Alberto Contador atendió a un puñado de periodistas en la cumbre de Hazas Llanas, la misma cima que le había visto vencer bajo la nieve unos minutos antes. La nevada acababa de ceder. Y el madrileño estaba feliz con su primera victoria de la temporada. Estas fueron sus palabras:

-¿Qué valoración hace de su primera victoria de la temporada?

-Inmejorable. Estoy increíblemente orgulloso, más que por mi estado de forma, por mi equipo. Desde el kilómetro 1 nos hemos puesto a tirar controlando la carrera. Quería que hubiera opciones de jugarse la etapa en el pelotón, aunque no sabía si iba a tener fuerzas o no. El equipo ha hecho un trabajo excepcional, empezando por Petrov, Valgren y Tosatto. Luego Jesús (Hernández) se ha puesto a tirar muy fuerte, después Sergio (Paulinho) y ha rematado Basso con un trabajo espectacular, hasta que nos hemos ido los dos solos.

-Entonces llegó su ataque a siete kilómetros.

-Sí, a siete kilómetros de la meta me he dicho: ‘Pues venga Alberto, un test como los que has hecho hace quince o veinte días en los puertos, y vamos a ver’. Me he encontrado bien. Iba viendo un poco la potencia, porque es verdad que cuando está la moto tan cerca da interferencias y no se puede ver. Sabía que a la potencia que estaba subiendo era complicado que cerraran el hueco. Me he dedicado a ir lo más rápido que he podido hasta meta.

-¿Su ventaja de 27 segundos a Froome es suficiente?

-Nunca se sabe. Hoy hemos tenido un buen día, pero mañana podemos tener uno malo. De momento vamos a disfrutar de lo de hoy y mañana ya será otra cosa.

-¿Se le ha hecho un poco largo al final?

-Se hace largo, sí. Siempre que atacas a siete kilómetros de meta, desde luego que se hace largo. Luego también, al no llevar las referencias de los vatios, no sabes exactamente si vas muy rápido o no vas muy rápido, pero sí, la verdad es que ya tenía ganas de llegar a meta. Aunque ya sabía que era largo, porque lo conocía, y he ido regulando.

-¿Conocías la referencia de Froome, que venía por detrás?

-Ha habido un par de curvas que he mirado para atrás y le he visto. No sabía exactamente cuánto tiempo le sacaba, pero sí que había un hueco, porque al tener el puerto tanta pendiente, pocos metros equivalen a bastante tiempo. Y me he dedicado a regular, como decía.

-¿Le preocupa estar tan bien en febrero, con todo lo que tiene esta temporada por delante: el doblete Giro y Tour?

-La verdad es que no. Estoy bastante por encima de mi peso, aunque no lo parezca, y sí que es verdad que tengo potencia. Por eso tenía dudas en este puerto, que es una subida de mucha pendiente y cuando no estás en un peso óptimo, se nota más. Al contrario, esta victoria me da muchísima confianza porque sé que puedo seguir mejorando.