—Han pasado nueve jornadas y marcha segundo, a tres segundos de Nairo Quintana. ¿Reconoce ya que ha venido a conquistar la Vuelta?

—Ahora sí que puedo decir que voy a intentar ganarla. Otra cosa es si tendré piernas o no para conseguirlo. La crono de Borja supondrá un buen test para comprobar mi condición física, porque no quiero sacar conclusiones de un día como el de Valdelinares.

—¿Ha ido de farol con sus declaraciones desde el principio de la carrera?

—Hasta Valdelinares no pensaba rendir a este nivel. No sabía bien cómo respondería, por eso necesito verme en la contrarreloj. Han transcurrido las etapas y no he perdido tiempo, lo que me da más posibilidades de cara a las dos últimas semanas si mejoro mi ritmo de competición. Desde antes de comenzar la ronda no creí que fuera a vencer, nunca ha sido mi intención ocultar nada.

—¿Cómo planteará ese nuevo discurso en la carretera?

—No cambiará gran cosa a la hora de manejarse durante la carrera. Debo aguardar al balance tras la crono, constatar la situación en la que estoy y las cartas a jugar. Soy consciente de que compito contra gente con mucha base y entrenamiento para la Vuelta, sobre todo Froome y Quintana. En mi caso, se trata de una incógnita e iré día a día.

—Habla mucho de esa contrarreloj de hoy. ¿Qué espera?

—En vivo resulta más dura de lo que se aprecia en el perfil del libro de ruta. Pica bastante para arriba en la primera parte. Luego, la bajada es rápida, con una carretera botosa y técnica. En la última parte habrá que rodar acoplado hasta la meta. Los favoritos nos encontramos en un pañuelo de 30 segundos. Sería ridículo descartar a alguno, pese a que tuviera un mal día, con la cantidad de dureza y montaña que falta por disputarse. Ahí es donde quizá me cueste un poco más.
—¿Corre más liberado sin la preparación adecuada o la motivación de salir como máximo aspirante?

—Evidentemente, no aterricé tan rodado como en el Tour. Lo que logre será un premio, aparte del cariño recibido del público. Si lo miras desde un punto de vista de tomar responsabilidades, son otros los que tienen que cogerla. Así se afronta de manera muy diferente, permite ir más relajado.

—¿Quiénes serán sus rivales más peligrosos?

—Los que comenté en Jerez: Froome y Quintana, sin olvidar a Joaquín y a Alejandro.