Vuelta 2014

Miguel Indurain sube a Aralar: “Este es un puerto muy duro”

El navarro reconoció en su tierra un final inédito para la Vuelta 2014. Javier Guillén lo vio en 2012 a petición de Miguel Sabalza. Es una subida muy sostenida, sin pausas.

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Miguel Indurain sube a Aralar:
“Este es un puerto muy duro”
PAULINO ORIBE DIARIO AS

Menos mal que nos ha salido un buen día. Yo con el calor lo que haga falta, pero con el frío me entra el tembleque”. Miguel Indurain, cinco veces ganador del Tour de Francia, recibe a AS en su tierra, Navarra, para inspeccionar una subida inédita, que se incluirá por primera vez en el trazado de la Vuelta de este 2014: San Miguel de Aralar. Este puerto, once kilómetros de pista de cemento al 8% (y pendientes máximas del 17%), será el final de la 11ª etapa, con salida en Pamplona el 3 de septiembre. Supondrá también la tercera de las ocho metas en alto programadas, previo paso por otras dos cimas: Lezáun y Lizarraga.

Indurain afronta el reto con humor: “Así es como se siente Perico antes de hacer los perico­puertos para la tele, ¿eh?”. Tras ponerse la ropa de faena y sacar la bicicleta de su furgoneta, inicia la ascensión. “A mí siempre me ha gustado subir sentado, era como mi marca personal. Cuando me levantaba, significaba que me encontraba tocado. Espero no levantarme mucho...”. A pesar de sus deseos, en varias rampas tiene que levantarse sobre sus pedales. “En invierno toco poco la bici, prefiero cogerla en verano, con el buen tiempo. Hace bastante que no salgo con mi hijo (Miguel, de 18 años, en la cantera del Caja Rural). Ahora que ha colocado los desarrollos de profesional, igual no le veo el pelo”. Indurain conserva su característica humildad. A sus 49 años se encuentra en forma y termina San Miguel sin problemas para nuestro análisis: “Es muy duro”.

Otro Miguel, Sabalza, es el culpable de que la Vuelta llegue a esta cumbre. También navarro y trabajador de Unipublic, conoce el puerto desde su época como corredor, aunque lo dejó en juveniles por lesión: “Después de la presentación de la edición de 2012, la que partió de Pamplona, traje al jefe, a Javier Guillén, a que lo reconociera. Encaja con la filosofía de la carrera, cuenta con el atractivo del cemento y nosotros lo metemos en la cicloturista de Pamplona. Está a punto. Incluso podría montarse una jornada más dura”.

La ascensión necesita pequeños arreglos en alguna grieta, que se efectuarán antes de que comience la prueba el 23 de agosto. Indurain ofrece su opinión entre risas: “A mi hermano (Prudencio, director del Instituto Navarro de Deporte) no le pidáis dinero, que no hay ni un duro”. Miguel sigue siendo un campeón.