Nibali: "Soy ofensivo porque de joven me ganaban al sprint"

Vuelta a España

Nibali: "Soy ofensivo porque de joven me ganaban al sprint"

Nibali: "Soy ofensivo porque de joven me ganaban al sprint"

Dani Sánchez

Vincenzo Nibali llega con el objetivo de ganar su segunda Vuelta a España, tras el triunfo en 2010. Es el actual campeón del Giro y asegura que la nómina de favoritos es amplia.

¿En qué momento se presenta en la Vuelta 2013?

Con tranquilidad y en buena forma. La carrera que tenemos por delante cuenta con 12 finales en alto y se hará muy dura. En la segunda jornada ya disputaremos una meta en subida, así que habrá que permanecer atento desde el inicio. Algunas llegadas las conozco de mi primera Vuelta, como Peña Cabarga o Valdepeñas, y otras no, como el Angliru. Después del Giro paré dos meses, realicé una concentración en San Pellegrino con mis compañeros y regresé poco a poco a la competición para adquirir el ritmo adecuado. En Burgos comprobé que la condición física crecía.

En una entrevista con AS en esa Vuelta de 2010 dijo que no se había mirado el libro de ruta. ¿Lo ha hecho esta vez?

(Risas). El 'Garibaldi' (como se llama en el Giro) me lo sé más o menos, pero es que yo soy así, una persona que afronta las cosas día a día, tranquilo. Sin embargo, la escuadra que traemos aquí demuestra que nos tomamos la ronda en serio. Esperamos salir lo más alto posible de la crono por equipos. Fuglsang, Brajkovic o Tiralongo son corredores muy fuertes, que me ayudarán en las etapas complicadas.

¿Cómo afrontará la prueba?

Deseo verme entre los primeros puestos cuando hayamos completado la primera semana. Mi objetivo es el de conquistar mi segunda Vuelta. Si no puedo ganar porque ha habido otro ciclista más fuerte que yo, al menos quiero quedarme satisfecho con que haya dado todo en la bicicleta.

¿Rivales?

Me enfrentaré a gente muy importante, como Purito Rodríguez, Valverde, Samuel, Kreuziger, Basso o los colombianos Urán, Henao y Betancur.

Ha mencionado a medio pelotón, ¿no se deja a nadie?

(Se ríe y medita un segundo). Creo que no, pero se dará alguna sorpresa.

Fuera de la carretera su carácter es bastante pausado. Sin embargo, sobre la bici se muestra siempre a la ofensiva. ¿Por qué?

Cuando era joven y las carreras acababan en 'volata' me enfadaba mucho porque me batían, así que lo más fácil para mí era atacar al resto cuando entrábamos en el terreno que me favorecía. Aunque nunca he sido alocado, ni en las ascensiones ni en las bajadas, prefiero que se me conozca como un corredor valiente. ¡Hay que hacer honor a mi apodo! (El Tiburón). No obstante, a lo largo de mi trayectoria he calmado mi ímpetu y me he transformado en alguien algo más calculador para conseguir mis objetivos.

Antes ha hablado de que podría irrumpir alguna sorpresa. ¿Lo fue usted en 2010?

(Risas). Bueno, ¡no tanto! En aquella temporada ya terminé tercero en el Giro. A pesar de que no había vencido en una grande, ya sabía de mi potencial y que una 'corsa' de tres semanas se encontraba a mi alcance. Esa Vuelta tuvo menos finales en alto y viví días buenos, como en Peña Cabarga, y días malos, como en Cotobello, donde se impuso Nieve. En general ofrecí un muy buen nivel.

Ese triunfo en la Vuelta supuso su confirmación en la élite.

Así es. Aunque venía de hacer tercero en el Giro, mi primera victoria siempre será la de esa Vuelta. Luego he subido al podio del Giro para concluir en segunda y en primera posición, y en el Tour también he acabado tercero. Creo que no está mal mi palmarés con 28 años.

¿Le presiona que en su país le consideren como el gran campeón y la esperanza del ciclismo italiano?

Cuando ceno en casa con los míos, soy el mismo que empezó en este deporte. No he cambiado, ni me ha afectado la fama. Me considero una persona tranquila y cercana. Desde que me anoté el Giro, la gente en Italia me hace más caso, me piden más fotos y autógrafos, y los medios de comunicación me solicitáis aún más entrevistas. Es normal tener mayor repercusión cuando se logran cosas importantes. No supone un problema cuando compito.

Como siciliano, que son tan familiares, ¿lo que peor lleva es permanecer mucho tiempo fuera del hogar?

Sí, sin duda. Se trata de nuestro trabajo, y en casa lo comprenden y me apoyan. En las últimas campañas sólo he visto a mis padres unas cuatro ocasiones por año. Resulta duro, pero el ciclismo funciona de esta manera y aceptan que mi pasión me absorba tanto. Aun así, cuando vuelvo, paso todo el rato posible junto a mis seres queridos.

En su currículum lucen ya el Giro y la Vuelta. Anímese y recite qué le falta.

(Carcajadas). Allá va: el Tour, el Mundial, la Lieja, Lombardía y un Campeonato de Italia. Eso, como poco.

En el pasado Tour, Froome dijo que sus muestras se podrían congelar y analizar dentro de 20 años, porque no había hecho nada ilegal. ¿Afirmaría lo mismo?

Froome me impresionó en las montañas y en la contrarreloj, pero ya sabíamos de lo que era capaz desde la Vuelta de 2011 y el Tour de 2012. No dudo de él, como tampoco de que yo no oculto nada.

¿No nos vamos a llevar ningún disgusto con usted?

No. Las circunstancias de nuestro deporte han cambiado. Pienso que es más limpio ahora, aunque también creo que debemos pasar página. La AMA y la UCI hacen un esfuerzo importantísimo para controlarnos. Yo he hablado claro contra el dopaje. Quizá las sanciones de por vida sean feas, pero los tramposos tienen que ser castigados y descalificados.

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