"Quizás a partir de ahora en España me echen de menos"

ENTREVISTA | ÓSCAR FREIRE

"Quizás a partir de ahora en España me echen de menos"

Tras quince temporadas para la historia, Óscar Freire (Torrelavega, Cantabria; 15-2-1976) se bajó de la bici una vez acabó el Mundial de Limburgo. El cántabro logró lo que no consiguió Poblet, que muchos ciclistas españoles se interesaran por las clásicas.

Tras quince temporadas para la historia, Óscar Freire (Torrelavega, Cantabria; 15-2-1976) se bajó de la bici una vez acabó el Mundial de Limburgo. El cántabro logró lo que no consiguió Poblet, que muchos ciclistas españoles se interesaran por las clásicas.

P: Eligió el Mundial para retirarse.

-Tarde o temprano tenía que llegar el día y este era muy apropiado. En Valkenburg disputé mi primer Mundial en 1978 y en Valkenburg corrí mi última carrera.

P: Lástima que la despedida resultara un poco polémica.

-Hablé con Valverde y ya está solucionado. Sigo pensando que hice lo que debía. Pero bueno, siempre es complicado que las cosas salgas como deseas.

P: ¿Con qué se queda de todos estos quince años rodando?

-Con las victorias, principalmente con los tres Mundiales y las tres Milán-San Remo. Pero también con todo lo que he vivido en el ciclismo en general. He tenido muy buenos momentos, grandes experiencias. Cosas positivas y también malos ratos, principalmente por las lesiones. Pero al final me voy por todo lo alto. He conseguido mucho más de lo que me esperaba.

P: ¿Y se lo han reconocido?

-He tenido la mala suerte, entre comillas, de ser un corredor infravalorado por la prensa. Siempre he corrido en equipos extranjeros y las carreras que me gustan a mí y a las que me he dedicado, las clásicas, no tienen tanto calado en España como las grandes vueltas. Yo he visto cómo han tratado a Boonen en Bélgica cuando llevaba el maillot arcoíris. Y también con Bettini en Italia, algo menos, pero también con una gran veneración. Yo he vestido tres, pero ni de cerca viví esa sensación. Quizás a partir de ahora en España me echen de menos.

P: ¿Lo peor de todo?

-La mala época que me ha tocado vivir al final. Cuando empecé el ciclista era un campeón admirado, un ídolo al que los padres presentaban a los niños. Ahora a algún niño puede que le parezcas un ídolo, pero al padre, ¡buff! Hemos perdido mucha credibilidad. En cuanto alguien hace algo grande muchos piensan: "¡Cómo iría!". Constantemente me encuentro gente que me dice que los ciclistas vamos todos dopados. Y ya ni discuto. ¿Para qué?, no hay manera de convencerles.

P: ¿Tiene solución?

-No lo sé. Es muy complicado arrancar una etiqueta cuando ya la da por indiscutible la opinión pública. No es justo que paguemos todos por unos pocos. Pero así está montado y, desgraciadamente, parece que no se puede hacer nada.

P: ¿Qué va a hacer cuando aparque la bicicleta?

-En principio descansar y disfrutar de cosas de las que hasta ahora no he podido. Principalmente de la familia. Y después, no pienso complicarme la vida. Mi inversión ha sido el ciclismo y he sacado bastante dinero para vivir tranquilo. Afortunadamente no tengo problemas para pensar en mi futuro, porque yo no tengo lujos, ni hago grandes gastos. Quizás dentro de unos años monte un negocio para pasar el tiempo, pero sin complicaciones.