Enhorabuena, ha logrado un magnífico triunfo y ha dado la vuelta a la general del Tour de Francia.

Sí, se trata sin duda de la mejor de mis victorias. Fue una mezcla perfecta de trabajo y táctica de equipo, unidos al esfuerzo y la valentía individual. Suponía un sueño para mí ganar aquí. Cuando miré el recorrido por primera vez, supe que quería vencer en esta cumbre centenaria.

¿Por qué decidió atacar tan lejos?

Hasta ahora habíamos visto una carrera de control y contención, con pocos movimientos, así que me quedaba como única opción tomar cartas en el asunto, con una arrancada desde muy lejos. Gracias a esa acción coseché una gran diferencia con mis rivales, también por el sacrificio de Maxime Monfort, aunque, como era de prever, por detrás, agrupados, me recortaron algo de tiempo en la última ascensión.

El ciclismo moderno no nos ha acostumbrado a hazañas de este calibre como la que ha hecho usted.

Mi carácter es así, no tengo miedo de perder. Me gusta que el que deba perseguirme sufra tanto como lo estoy haciendo yo. Me encontraba francamente bien y quería asaltar la clasificación general. He conquistado la etapa que deseaba y en Alpe d'Huez voy a por el amarillo.

Le faltó el premio del liderato en la clasificación general.

No lo logré únicamente por 15 segundos, pero ahora me siento preparado para vestir el maillot amarillo. Lo que hice en el Izoard y el Galibier demuestra que soy capaz de conseguirlo.

¿Evans se ha convertido en su único rival?

Voeckler sigue en el primer puesto, aunque creo que cederá en Alpe d'Huez. La diferencia es recortable. Respecto a Evans, siempre le he visto como el candidato más en forma, y todavía puede jugar la baza de la contrarreloj de Grenoble. Si quiero estar más tranquilo, le debería meter algunos segundos extra.

Su hermano Frank también dispone de la posibilidad de entrar en el podio.

Sería un sueño que los dos estuviéramos en la imagen de los Campos Elíseos. Faltan dos días decisivos, pero que nadie dude de que los dos trataremos de ampliar nuestra renta con los demás en Alpe d'Huez para terminar juntos en el cajón de París.