Samuel Sánchez agota su última brizna de fuerza antes de subir al camión del antidopaje. Apenas tiene fuerzas para sentarse. En ese momento, como un caballero, aparece la mano de Denis Menchov que le consuela. El ruso le acababa de birlar la tercera plaza aventajándole en la crono en dos minutos. Los 21 segundos que llevaba el asturiano de ventaja se quedaron inútiles. "Menchov iba como una moto. No nos podemos reprochar nada aunque esperaba estar un poquito más cerca de él. El cuarto es un buen puesto pero el menos bonito, el primero de los perdedores, dicen. Me hubiera gustado salir en la foto de París".

Pronto empezó Samuel a perder la esperanza. "Cuando me dijeron que Denis me sacaba treinta segundos lo pasé muy mal. Fue un momento duro. Estoy fastidiado", concluye mientras saca fuerzas para toser. "Arrastro una bronquitis desde Pau. Cuando me dejaron de dar referencias estaba claro que la cosa iba mal". ­