Cadel Evans lanzó el bote del agua tras cruzar la meta. Había perdido 1:08 con respecto a Alejandro Valverde por culpa de un pinchazo que tardó 1:13 en repararse. "Hoy no voy al podio", le dijo a un miembro de la organización que vino a advertirle. Y no fue. Sólo se paró un momento con la prensa. "No merezco esto. Siempre trabajo duro para hacerlo todo bien", no dijo más.

El incidente sucedió a unos 17 km de meta. Evans pinchó, los coches de equipo estaban más atrás y tuvo que ser asistido por el coche neutro. El problema fue que se le había encasquillado la cadena entre los dientes y los mecánicos tardaron mucho en sacar la rueda pinchada, tanto que cuando la repararon llegó el coche de Lotto y le dieron una bici nueva.

Hundido.

Evans iba con los favoritos en el momento del pinchazo y ya no empalmaría. El australiano incluso se debió hundir moralmente, pues tras alcanzarle, perdió la rueda de Samuel. Poco después colgó en su página web: "Un pinchazo en un momento crucial de la Vuelta es incontrolable. La torpeza del coche neutro y los coches de prensa bloqueando la carrera. Realmente no lo merezco".

"Cadel ha perdido la Vuelta", dijo Marc Wauters, técnico del Lotto. "Es una pena porque cada día estaba mejor. Sólo nos queda luchar por el podio".