A falta de diez días para el cierre de dorsales de la Vuelta a España, Alexandre Vinokourov aún no ha sido inscrito por el Astaná en la ronda que ganó en 2006. El kazajo ya ha cumplido sus dos años de sanción y la UCI no pone ningún impedimento a su reaparición. Incluso ya ha corrido y ganado una etapa en el Tour de l'Ain, aunque compitiendo como independiente con un maillot propio (en la foto). Pese a ello, Vino sólo figura en la lista como suplente, porque el mánager del equipo, Johan Bruyneel, está utilizando esta situación para asegurarse una buena salida del equipo. Un chantaje al Gobierno y a la Federación de Ciclismo de Kazajistán a cambio de un buen finiquito.

Bruyneel es el amo deportivo. Sólo él dispone de la capacidad para inscribir a un ciclista. El patrón únicamente le obliga a contratar a diez ciclistas kazajos, una condición cumplida.

El responsable kazajo es Daniel Akhmetov, presidente de la Federación y ministro de Defensa, además de ex primer ministro del país. Ya se las tuvo tiesas con Bruyneel en primavera porque éste se negaba a la contratación de Vinokourov, fundador del equipo ciclista en 2006. Kazajistán dejó de pagar y el equipo rozó la desaparición, aunque finalmente ingresó las garantías económicas hasta final de temporada con la condición de que Bruyneel y Lance Armstrong abandonaran el equipo. Efectivamente, ambos ya trabajan en la formación del RadioShack para 2010, que ya ha confirmado también en sus filas a Levi Leipheimer.

Astaná quiere ver lejos a Bruyneel y su entorno, pero su intención es continuar con un equipo liderado espiritualmente por Vinokourov, cuyo destino es pasar de la bici a la dirección, y deportivamente por Alberto Contador. El madrileño prefiere irse para evitar colisiones con Vino, como las que ya sufrió en el Tour con Armstrong, y porque busca un equipo volcado con él. Sin embargo, Astaná recordó el sábado que "Contador tiene firmado un año más de contrato, su rescisión no es negociable y será nuestro líder absoluto en 2010".