Alberto Contador aseguró que prefirió no arriesgar al final de la etapa de hoy en el Tour de Francia pensando en la contrarreloj de mañana, por lo que finalmente fue segundo por detrás del luxemburgués Franck Schleck.

"Sabía que los dos hermanos Schleck me iban a atacar y he preferido no arriesgar, ser conservador de cara a la contrarreloj de mañana", afirmó el madrileño, que lidera la general.

Contador lamentó que su compañero de equipo Andreas Kloden se quedara descolgado del grupo de cabeza tras un ataque suyo, pero se justificó diciendo que era la táctica que habían hecho previamente a la etapa.

"Era la táctica que habíamos comentado antes de la etapa, atacar para distanciar a los Schleck. Lo habíamos hablado con Johan (Bruyneel, director del Astana). En la Colombiere he hablado con Kloden para decirle que iba a atacar y me ha dicho que lo hiciera sin problemas", dijo.

"He atacado y los hermanos Schleck estaban muy fuertes, me ha sorprendido. He parado para ver si Andreas podía entrar, miraba para atrás para ver si podía entrar en nuestro grupo. Pero le ha venido un bajón grande y no ha podido entrar. Estoy bastante triste por ello", comentó.

El madrileño señaló que no colaboró con los Schleck en el grupo de cabeza porque "tenía otros compañeros detrás, como Andreas y Lance (Armstrong)".

Los Schleck "están en estado de forma muy fuerte. Pensábamos que Franck estaba peor de lo que ha estado hoy. Están fortísimos. Mañana hay una contrarreloj larga y mi compañero Andreas y mi compañero Lance son fuertes en contrarreloj y van a estar las diferencias cerca para volver a cogerlos a ellos", comentó.

El madrileño destacó la importancia de haber aumentado las diferencias con el británico Bradley Wiggins, un especialista en la contrarreloj que podía haber sido un problema de cara a la cronometrada de mañana.

"Las diferencias con Wiggins, que era el principal rival, son bastante amplias y de cara a la contrarreloj nos dan bastante tranquilidad", afirmó.