El pelotón completó una media de velocidad de 46,6 km/h. Móntense en una bicicleta, láncense cuesta abajo y comprobarán que no es fácil ir tan deprisa, ni siquiera ayudados por la fuerza de la gravedad del descenso. El récord de velocidad establecido en el Tour 99 (40,2 km/h) puede pasar este año a la historia. Premio para quien explique tanta energía en el Tour con más y mejores controles anti-doping.
La etapa la ganó Erik Zabel (ya van tres), que peleó a brazo partido con O’Grady para arrebatarle el maillot verde. Al final no lo consiguió, pero hoy rematará la faena. Zabel ha ganado esta clasificación en los últimos cinco años (en el 2000 superó el récord de Sean Kelly) y ya es el ciclista alemán con más triunfos (once) en el Tour de Francia.
Equipo incansable
No obstante, dada la manifiesta debilidad de O’Grady, es imposible no sentir simpatía por el australiano y por su incansable equipo, el Credit Agricole. Algo parecido debe sucederle a Leblanc (ayer cumplió 57 años), que se hizo el sueco y no descalificó a O’Grady por sprint irregular. Y es que el pelirrojo le hizo una carga estilo Fernando Hierro a Vainsteins (el campeón del mundo anónimo) en plena línea de meta.
Gracias a esa maniobra, hoy habrá más guerra. Zabel está a dos puntos de O´Grady y quedan por delante dos sprints especiales (6,4 y 2 puntos) y la suculenta llegada a París (35,30...). El australiano debe sentirse como un koala en la jaula de un tigre.
Hoy se acaba el Tour. Fiesta de fin de curso, entrega de premios y carnets de ciclista. Sonará el himno americano, pero también podría cantar el dúo dinámico El final del verano. Una buena canción para las cosas que aún no se han acabado y ya se empiezan a echar de menos.