Armstrong y Ullrich están entre los candidatos, pero quizá levanten el pie del pedal, que esto es muy largo. Ponerse líder a las primeras de cambio podría ser un ejercicio de soberbia (las imprudencias se pagan) y cargaría al equipo de responsabilidades prematuras. Por lo pronto, ayer quedó claro que los franceses no quieren al estadounidense, que fue abucheado durante la presentación de los equipos. Al público de Dunkerque no le gustó que el bicampeón del Tour estuviese flanqueado por dos escoltas. “Ni que se tratase del presidente de los Estados Unidos”, dijo algún aficionado.
Con aspiraciones más terrenales, otros ciclistas preparan el asalto al prólogo como si de un Tour en miniatura se tratase. Y es que hay mucha recompensa en ese primer jersey, muchas portadas. Hace justo un año ganó el británico David Millar, un ciclista poderoso y prometedor. Se dice que puede ser un futuro campeón de rondas de tres semanas si aprende a pasar las grandes montañas. Lo mismo se decía de Boardman, pero las montañas pasaron de él.
Otros candidatos
El belga Verbrugghe, ganador del prólogo del Giro, también estará en el ajo. Y atención con él porque es mucho más que un buen contrarrelojista. Esta ha sido la temporada de su explosión y en el Tour debería confirmarse como un pata negra. No habrá que olvidar tampoco a Moreau (la esperanza francesa) o Ekimov, dos galgos en la jauría de especialistas.
Y no obviemos a los españoles, que también comprarán boletos para la victoria. Ya no hay terrenos vedados para el ciclismo más completo del mundo. Santos González, campeón nacional contra el crono, saca pecho y canta victoria. Manolo Saiz ya lo tiene todo planeado y le ha colocado entre los primeros ciclistas de su equipo en tomar la salida. Se prevé lluvia y rodar en seco puede ser decisivo. No sería la primera vez que la climatología decide el líder inicial de la carrera. Tauler y el flamante campeón de España de fondo, Iván Gutiérrez, entrarán en la pelea. Para Beloki, Heras y compañía será suficiente con salvar el tipo y no perder demasiado tiempo, esta no es su guerra. Hasta la contrarreloj por equipos de la quinta etapa no podrá leerse nada en los posos del café.
Hoy es el prólogo, pero el Tour empezó hace un año. Meses de frío y de calor, acumulando kilómetros, esquivando lesiones, la vida programada para llegar perfectos y enormes al día de hoy.
